viernes, 8 de mayo de 2009
3. BYE BYE AZERBAIJAN
2. BAKU
La carretera empeora terriblemente al acercarnos a la capital. Lo que debería ser una autopista, es un camino de piedras lleno de baches que nos pone seriamente a prueba. Los camiones sólo paran para repostar
Llegamos a Baku pidiendo la hora. Una vez más, toca pelear con el tráfico de una capital, y aunque ya no nos asusta nada, los conductores no ponen las cosas fáciles a los que vamos sobre dos ruedas.
Después de atravesar unos suburbios que se llevarían un premio a la decadencia, llegamos al centro, que es donde se hace evidente la presencia masiva de petrodólares.
Cualquier parecido entre Baku y el resto del país es pura coincidencia. Si en los pueblos, la mujer se quedaba en casa, las calles de Baku parecen una pasarela. La concentración de Mercedes por metro cuadrado es realmente escandalosa, los precios en los mercados, como para salir disparados de esta ciudad.
Nos acercamos a un Irish-Bar en cuanto el reloj marca la Happy-Hour, para celebrar con unas pintas los tres meses de ruta de Cyclotherapy. La primera parte del tour ha terminado. Hay que ver como pasa el tiempo! Pero si éramos unos críos cuando aterrizamos en El Cairo!!!
Baku no tiene mucho que ver. Quedan viejas torres, una muralla y unos caravanserais, pruebas de un pasado mercader. Pasamos 6 días peleando con los cónsules y preparando nuestro asalto a Asia Central
El centro podría pasar por cualquiera de Europa. Es donde se disfruta del pase de la paloma y donde la gente se reúne para relacionarse
Después de unas birras, nada mejor que acercarse a la orilla del mar para que nos dé un poco el aire. Lo malo es que la Peninsula de Abçeron tiene el dudoso honor de ser el tramo de costa más contaminado de la tierra. Aunque se ve que trabajan a marchas forzadas para recuperar el paseo marítimo, la peste que se respira, no invita a quedarse mirando el Caspio.
1. PEDALEANDO POR EL CAUCASO
much@s viajer@s desistan de entrar por tierra y vuelen directamente a Baku. Así que la falta absoluta de trabajo hace que nos reciban con desinteres. Aunque nuestro visado no es todo lo legal que debería ser, no ponen ninguna pega. Incluso nos invitan a utilizar el ahuyenta-perros con su sabueso antidroga.
Y al pasar la muga, la gente vuelve a sonreír, a saludarnos efusivamente, a invitarnos a detenernos para tomar un té, a hacer miles de preguntas curiosas… flipamos con el cambio.
El sol pega con fuerza, como no lo sentíamos desde el desierto del Sinaí. Paramos en la cuneta para que empiece el despelote. Lo sentimos por las costumbres conservadoras del país, pero hay que ver lo a gusto que se va rodando en corto.
El verde es insultantemente bello...
Cada tarde, no supone mucho trabajo encontrar un sitio apropiado para acampar. También es de agradecer que no se pone el sol hasta las nueve de la noche, por lo que podemos aprovechar el día al máximo. Por fin se siente cerca el verano.
Circulamos con el Cáucaso a nuestra izquierda, a la sombra de robledales, hayedos, nogales… por carreteras con poco tráfico. Disfrutando del pedaleo como pocas veces hemos hecho. Azerbayan se nos presenta como una sorpresa muy agradable, un “caramelo” para l@s cicloviajer@s.
Increible, pero hace calor. Salvo nosotros, el resto trata de descansar y refugiarse del sol, que pega con justicia. Bendito sol, bendito calor.
Al menos hay buenas sombras
Apenas hay contaminacion acústica, la gente trabaja sus tierras y deja pasar las horas
Los grandes picos separan Azerbayan de Txetxenia
El 1 de Mayo lo celebramos en Saki. Nos alojamos en un Carvanserai a los pies de las montañas, un autentico lujo que nos merecemos de sobra...
Aunque es un pais musulman apenas vemos mezquitas y no se palpa para nada la religiosidad de Oriente Medio. Pero nos trae buenos recuerdos la llamada a la oracion...
...aunque a nosotros el cuerpo nos pide guerra